martes, 19 de abril de 2016

La Balandra Isabel llegó esta tarde

Por Juan Vicente Manrique

El demonio es un ángel y La balandra Isabel llegó esta tarde, son dos de las películas que el director y guionista argentino, Carlos Hugo Christensen, realizó durante su paso por Venezuela en los años 50.

Ambas películas pertenecen a una serie de diez películas que fueron impulsadas por el empresario Luis Guillermo Villegas Blanco (productor) en un intento por lograr que Bolívar Films lograra calar en el mercado internacional. He ahí la razón por la cual durante este periodo se recurrió al talento extranjero tanto en materia actoral como detrás de cámara.

Tuve la oportunidad de ver La balandra Isabel llegó esta tarde, la cual se encuentra  fácilmente en YouTube. En este largometraje de hora y media, el mexicano Arturo de Córdova hace el papel de Segundo, un pescador de Margarita que le es infiel a su mujer con una prostituta y cantante de La Guaira, quien a su vez termina practicándole brujería.

Lo que me pareció más interesante de esta pieza es la importancia que tiene el sonido para contar la historia. El sonido es durante toda la película un recurso bien utilizado para musicalizar, dialogar, ambientar y en algunos casos hasta para representar la subjetividad del personaje.

Igualmente, debo decir que para ser una película de los años 50, la misma pasa bastante rápido, el montaje genera ritmo cuando lo amerita, al igual que la escala cinematográfica se aproxima a los sujetos cuando lo requiere. Sin embargo, algunas actuaciones son difíciles de creer, gran parte a que como venezolano  cuesta creerse una vagabunda de La Guaira con acento argentino. Más allá de eso, la película es bastante entretenida y simpática.

Este largometraje producido por Bolívar Films logró conseguir el premio a la mejor cinematografía en el Festival de Cannes de 1951,  pero no se puede decir que esto sea un logro meramente venezolano, ya que si bien los paisajes y las locaciones fueron entre Nueva Esparta y La Guaira; José María Beltrán Ausejo, el encargado de la fotografía, era igualmente extranjero.

La Balandra Isabel llegó esta tarde. Link: https://www.youtube.com/watch?v=Lb3GDA_2sII


Bibliografía: http://encine.escuelanacionaldecine.com.ve/?p=1726

El Teatro Boyacá: un boleto a nuestro pasado

En 1940 se integró al repertorio venezolano, de estructuras culturales, una obra icónica que convirtió  la experiencia del séptimo arte en algo mágico para los caraqueños. Se trata del Teatro Boyacá, ubicado en la Avenida Lecuna; el cual con su lujoso lobby, murales dorados y bóvedas iluminadas le robó el aliento a más de un espectador.

Tan magnífica era su belleza que, Nicolás Sidorkovs, un personaje de la arquitectura venezolana, comentó “estaba acostumbrado a ver los modestos edificios de Campo Claro, por eso, cuando entré al Boyacá quedé extasiado (…) Mi impresión fue tal que cuando llegamos a casa mi papá le contó a mamá sobre esto”.

Indudablemente, disfrutar de una buena función en los teatros ubicados en el centro de la capital, se convirtió en uno de los entretenimientos favoritos para la clase pudiente de la época; es así como el Teatro Boyacá,  inaugurado por el comerciante Vicente Vallenilla Lecuna, llegó a ser uno de los locales más amplios y populares del momento.

El teatro contaba con 1.400 butacas, aproximadamente; además, debido a su naturaleza de prestigio, realizó varias alianzas con otros teatros famosos de la época (como el Ayacucho) y organizó algunos circuitos de estreno con importantes piezas cinematográficas.

Generalmente, estos cines prestigiosos contaban con estrenos semanales de grandes películas, a precios elevados que solo podía pagar la clase alta de la época (de 1 a 3 Bs.); para estos eventos, manejaban un mecanismo de promoción que consistía en el despliegue de carteles en las avenidas más importantes y, además, colocaban  avisos en la prensa.

Una mirada al pasado, como la que nos permite hacer este texto, nos hace cuestionarnos las razones por las que, el venezolano, con el paso del tiempo, fue desdeñando los cines de acera (que en algún momento llegaron a ser aproximadamente 80 locales) para pasar a las salas de cine ubicadas dentro de centros comerciales (si miramos en retrospectiva, podemos asegurar que nos ganó la simplicidad).

Finalmente, con la llegada de la televisión y el ofrecimiento de mayores comodidades en las nuevas infraestructuras cinematográficas (estacionamiento para vehículos, mayor seguridad) los padres del cine de nuestro país fueron dejados a un lado, quedando derrotados por las grandes cadenas que ofrecían sus servicios en los principales centros comerciales de la ciudad.

Una época mágica para el séptimo arte en nuestro país fue dejada atrás, ahora, los viejos cines no están y hablamos de ellos como si de una leyenda se tratase, como si estuviesemos comprando un boleto hacia nuestro pasado.  

Servicio Cinematográfico Nacional y Estudios Ávila



  Debido a la muerte de Juan Vicente Gómez se dieron muchos cambios en el país y uno de ellos fue que en 1937 el Laboratorio Cinematográfico Nacional (LCN), quienes eran responsable de todo lo relacionado al cine en ese tiempo, es sustituido por el Servicio Cinematográfico Nacional (SCN) que solo funcionó durante un año. El primer largometraje que realizaron fue El Rompimiento de Antonio María Delgado Gómez en 1938. Luego de esta producción, y de haber realizado incontables noticieros, cierran sus puertas en agosto. Ceden su espacio a la Compañía Estudios Ávila.


  Uno de los primeros estudios cinematográficos de Venezuela fueron Los Estudios Ávila, que fueron construidos en El Valle, fundado por Rómulo Gallegos en 1938. Por primera vez una compañía gubernamental pasaba al sector privado. Estos estudios estaban dotados de una gran cantidad de equipos necesarios que contribuyeron al desarrollo de la industria cinematográfica del país. Estudios Ávila solo produjo un largometraje de ficción que fue Juan de la Calle de Rafael Rivero en 1941. En 1942 quiebra y le da paso a Bolívar Films. 

Primeras películas sonoras de Venezuela

       El primer intento de película sonora fue en 1934, fue llamada La Venus de Nácar y realizada por Efraín Gómez en los Laboratorios Nacionales. Esta tenía un sonido incorporado que no era más que un fondo musical. Efraín Gómez era sobrino de Juan Vicente Gómez, el presidente del país para ese momento y a quien le debía la instauración de los laboratorios y  los equipos para hacer  cine.

        Sin embargo, con la llegada del cortometraje Taboga en 1938 es que se considera la llegada del cine sonoro a Venezuela, el cual fue hecho por Rafael Rivero. El corto tiene sonido sincrónico con diálogos y musicalización. En el mismo año se estrenó el primer largometraje llamado El Rompimiento hecho por Antonio María Delgado Gómez en Venezuela y por supuesto también con sonido.

     Parece mucha coincidencia que luego de la salida del dictador Gómez Venezuela avanzó en muchos sentidos, y en materia cinematográfica dio un gran paso como lo fue la llegada del cine sonoro, la creación del Servicio Cinematográfico Nacional (SNC) y dicho ente adquirió equipos y comenzó a realizar sus propias funciones, aunque su duración fue poca ya que se terminó al año siguiente es considerado un avance importante.

     Al igual que Bolivar Films por el año 49 comienza a producir de manera industrial y contratan a directores y técnicos extranjeros para que trabajaran en Venezuela, de igual manera con los actores.

      Venezuela, luego de la muerte de Gómez, comenzó a brillar en materia cinematográfica  y ganó premios en los siguientes años como el premio a la mejor fotografía en Cannes con la película La balandra Isabel llegó esta tarde.


La Venus de Nácar: https://www.youtube.com/watch?v=NefA5MGGBR8

Conejín

Por Vittorio Dugarte

Para la década de los 70, a pesar de que en Venezuela, durante estos 10 años, se produjeron más de 100 largometrajes, aún nuestro país no poseía cultura de cine animado.

José Castillo, también conocido como Castillito, pionero del cine animado venezolano, rompe con esta premisa con la producción de ¨Conejín¨.

El cortometraje de no más de 4 minutos, comenzó como una promesa que hizo Castillo a un niño, en la que decía que algún día vería dibujos animados venezolanos; y terminó convirtiéndose en ganadora del Festival Internacional de Cine de Filadelfia.

Cuando solo era un joven estudiante de periodismo de la Universidad Central, Castillo soñaba con realizar estas animaciones. Le bastó con creer en sí mismo para poder llevar a cabo su sueño. ¨Si él pudo, yo también¨ dijo luego de ver el trabajo de Norman Mclaren, animador canadiense que trabajó con Walt Disney.

A pesar de abrir las puertas a otras producciones y a tantos otros artistas que se inspiraron por su trabajo, Castillo no ha sido una figura que los venezolanos le otorguen el reconocimiento que merece. Para ojos de muchos, ha obtenido mayor reconocimiento por su trabajo en el exterior que en su propio país.

Como muchos otros opinan, a nuestro cine le falta bastante camino por recorrer. El maestro José Catillo con sus obras, no hizo más que fomentar e incentivar a otros a la producción de cine nacional.
Castillo afirma, que Walt Disney hizo los cuentos infantiles más agradables y atractivos para su público, pero con la ayuda de muchísimos pintores para que colorearan la cinta; trabajo que el creador de Conejín realizó con sus propias manos.

No se necesita de mucho para hacer grandes cosas. José ¨Castillito¨ Castillo es además de la prueba de ello, gran orgullo nacional.

El doblaje en Venezuela

Luego del gran auge que tuvo el cine alrededor del mundo, le siguió la innovación del llamado cine sonoro – imagen y sonido incorporado – a finales de los años 20. Hollywood fue la primera industria en utilizar este nuevo método, atrapando por completo a los espectadores norteamericanos.

Por supuesto, el primer problema que surgió tras este nuevo invento fue cómo llevar estas películas a los demás países del mundo. Los personajes eran interpretados por actores estadounidenses y debían entonces buscar la forma de que los ciudadanos europeos e hispanos pudiesen entender aquellas películas.

La primera solución fue utilizar subtítulos en las películas, pero la gran cantidad de personas analfabetas, sobretodo en Latinoamérica hizo que el cine norteamericano perdiera muchísimos espectadores.

Debido a este problema, los países hispano-parlantes buscaron la forma de traducir aquél idioma al español. España fue uno de los países pioneros en el doblaje en el mundo. Consistía entonces en buscar actores que pudiesen traducir al español los diálogos norteamericanos.

Seguido de España estuvo México y Venezuela – entre otros – quienes en la actualidad tienen una fuerte industria de doblaje. Venezuela, por su parte, se incorpora tardíamente en la movida del cine dialogado, principalmente gracias a la dictadura de Juan Vicente Gómez. Alrededor de los años cincuenta y sesenta el doblaje comienza a iniciarse en Venezuela gracias a algunas empresas privadas, pero no fue hasta los años setenta u ochenta que el doblaje llega a consolidarse en el país.

El doblaje venezolano comenzó a marcar diferencia con el doblaje mexicano por la utilización de un acento neutro lo cual le dio mucha competencia a nivel internacional. Sin embargo, el doblaje en Venezuela ha sido dedicado más que todo al medio televisivo. En los años ochenta comenzaron a recibir peticiones de doblaje de telenovelas brasileras, lo que logró que los actores que tanto se habían esforzado por tener una calidad excelente, salieran del anonimato en donde se encontraban.


Muy pocas fueron las películas de la pantalla grande dobladas por venezolanos. El doblaje mexicano ha logrado posicionarse en la industria cinematográfica incluso hasta la actualidad como el mejor doblaje de Latinoamérica, mientras que los venezolanos se profesionalizaron en el doblaje de series y programas televisivos incluso para canales importantes como Discovery Channel o History Channel. 

La llegada del sonido a Venezuela


El sonido en el cine consiste en las voces, ruidos y música que por medio de una banda sonora se sincronizan con la imagen. Lee De Forest, estadounidense, es el verdadero creador del cine sonoro en 1922. El primer éxito fue el largometraje “El Cantante de Jazz” de Alan Crosland en 1927, parcialmente rodada con sonido y diálogos sincronizados, que utilizó el sistema sonoro "Vitaphone" (grabación de sonido sobre un disco).

La década de los treinta es la época de la solidez y auge del cine venezolano en donde Efraín Gómez, sobrino del general Juan Vicente Gómez, realiza la película de ficción musicalizada “La Venus de Nácar”, filmada en Boca de Río, Maracay. Siendo la primera película que experimenta el sonido en el país.


Pero hablando propiamente del sonido sería para 1938 que con el estreno del cortometraje “Taboga” se implementa el sonido sincrónico y por consiguiente se sustenta el verdadero cine sonoro de Venezuela. Es un cortometraje con diálogos y musicalización de Rafael Rivero. Recordada porque allí participó la orquesta famosa del momento, la Billo's Happy Boy.


El largometraje “El Rompimiento” también marcó este auge y fue filmada el mismo año bajo la dirección de Antonio María Delgado Gómez. Grabada en Venezuela pero montada en Estados Unidos, exhibida en Broadway. Contó con un sonido óptico, es decir, con el audio impreso sobre la misma película. 


A partir de allí, personajes como Rómulo Gallegos crea los Estudios Ávila en Caracas y Guillermo Villegas Blanco constituye formalmente la empresa Bolívar Films, creadores que van desarrollándose continuamente en sus producciones audiovisuales en un esquema industrial y de reconocimiento artístico.


Por Natera, Layerlyn.

miércoles, 6 de abril de 2016

Teatro Ayacucho: de su origen y decadencia

El Teatro Ayacucho es conocido por ser uno de los primeros cineteatros en Venezuela. Bien es sabido que el desarrollo del cine en Venezuela ha sido tardío, pero la apertura de espacios como este permitió darle un empujón -al menos a la proyección de películas- y a su vez al teatro. El Ayacucho dio lugar para que los caraqueños pudieran ser testigos de los avances y logros cinematográficos en el extranjero y posteriormente en nuestro país. A lo largo de su historia, destacó por su tecnología y majestuosidad, también fue uno de los primeros lugares en donde se proyectaron películas con sonido y, si retrocedemos un poco más en la historia, como su orquesta acompañó muchas de las películas que aquí llegaron.

 Fue en 1925 cuando el Teatro Ayacucho abre sus puertas al público.Tenía capacidad para unas 13000 personas. Su infraestructura no era lo único que resaltaba y daba de qué hablar en las calles caraqueñas, la tecnología con la que contaba también era un tema importante puesto que, los equipos con los que contaba, eran de alta tecnología. Además, es el segundo cineteatro más antiguo en la ciudad, luego del teatro Simón Bolivar -o teatro Rioalto, el cual se inauguró en 1917-. Esta estructura fue diseñada por Alejandro Chataing, quien fue un importante arquitecto durante el gobierno de Cipriano Castro y el de Juan Vicente Gómez.
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Sobre las proyecciones en el Teatro, se conoce que, desde 1925 hasta 1931, la orquesta del teatro adaptaba distintos programas musicales de los filmes proyectados en sus salas. De igual forma, este estaba dotado con equipos avanzados, muestra de ello, cuando en 1920, las orquestas comenzaban a ser sustituidas por máquias que permitían la sincronización del sonido con la imagen. En 1929, se proyectaron en sus salas las películas Ramona con Dolores del Río, La dama misteriosa, y posteriormente  Canción de Amor, película que también contaría con este nuevo sistema de sonido.

 La premisa básica del Teatro Ayacucho era dar un espacio a los ciudadanos para su esparcimiento y consumo cultural, principalmente se buscaba ofrecer distintos eventos artísticos relacionados con las escenas. Y funcionaba perfectamente, su distribución permitía que todas las personas pudiesen acceder al lugar y presenciar lo que ahí sucedía. Tenía una platea, un balcón y una gradería, también  había camerinos y una tramoya, pero estos espacios fueron eliminados y el espacio cambió un poco.

 Actualmente esta infraestructura no funciona como teatro, solo se proyectan películas y en su interior se encuentra un pequeño centro comercial con distintos establecimientos y locales de comida. Incluso ha perdido parte del encanto de la época, pareciera estar en el abandono, a pesar de su actividad comercial, aquella infraestructura no parece ser tan grandiosa. Muchos ciudadanos solo guardan recuerdos de lo que fue el brillante Teatro Ayacucho que, como muchos espacios culturales de esta ciudad, solo permanecen en pie en la mente de los ciudadanos que tuvieron el honor de conocerlos como fueron.

 Bibliografía

http://revistas.upel.edu.ve/index.php/entretemas/article/view/1675
http://190.169.94.11:8080/jspui/bitstream/123456789/9587/1/HP-11.pdf
http://revistas.javeriana.edu.co/index.php/revApuntesArq/article/view/9029
https://www.flickr.com/photos/fotobrisa/7839990996

Productora Triunfo film y sus creadores


Productora Triunfo film y sus creadores


Luego de algún tiempo de haberse iniciado la historia del cine en Venezuela, se crea la Productora Triunfo Film. Este suceso tiene lugar en el año 1924 para ser más exactos, y sus responsables son Edgar J. Anzola y Jacobo Capriles quienes a partir de ese momento empezarían a realizar juntos diversos proyectos relacionados con el campo cinematográfico.

Edgar Anzola nace en Villa de Cura, estado Aragua, un 27 de marzo de 1893. De Anzola se dice que fue uno de los principales pioneros de las comunicaciones y el entretenimiento de Venezuela en los años 20, ya que adicional al cine también se relaciono con el periodismo, la fotografía, la discografía y la radiodifusión.

Por su parte Jacobo Capriles también fue un reconocido cineasta venezolano que al igual que su compañero participo en la realización de algunos proyectos vinculados con el cine nacional, llegando incluso a trabajar con su colega Juan Iturbe en lo que sería el primer documental científico llamado: “El tripanosoma venezolano”, esto en el año 1921.


Entre las principales producciones realizadas por Triunfo Film, productora de los antes mencionados, se encuentran: “La Trepadora” (1924) que pasaría a ser conocida como el primer largometraje de ciencia ficción producido en el país y “Amor, tu eres la vida” (1926). Luego de estos ambos cineastas realizaron numerosos documentales entre los que podrían destacarse: “La carretera Trasandina”, “El dique de Petaquire”, “Viaje a la Riviera” y “La inauguración del puente Internacional”.


   Ricardo Goncalves

La Trepadora: literatura y cine



El cine, una onda expansiva que recorrió todo el mundo, llega a Venezuela tarde pero seguro para influir no solo en la población sino en las obras literarias que, posteriormente, fueron adaptadas y llevadas a la gran pantalla.

Para 1924 ya el cine venezolano disfrutaba de su década de oro, La dama de las cayenas, el primer largometraje de ficción, se había estrenado ocho años atrás y la audiencia cinematográfica ansiaba otra producción que no tardó en llegar.

La trepadora, una obra literaria del novelista y escritor Rómulo Gallegos, cuenta la historia de amor de una joven pareja, Hilario Guanipa y Adelaida Salcedo, y su hija Victoria a través de la vida cotidiana del pueblo llanero. Una novela donde el desengaño, el desdén y la infidelidad de un marido cansado de la monotonía repercuten en la ruptura de una familia.

Esta obra adaptada y llevada al cine por Jacobo Capriles y Edgar J. Anzola es un icono del cine venezolano que en su momento, buscó realzar la identidad nacional mediante el reconocimiento directo: coloquial, dramático y a la vez jocoso, característico de los venezolanos; convirtiéndose en un emblema relacional entre la literatura y el cine como un arte.

Por otra parte, para Anzola y Capriles, pioneros en muchos campos del entretenimiento, La trepadora marcó el comienzo de una carrera cinematográfica. Seguida de Amor tú eres la vida, producida bajo el sello de Triunfo Films tras el cual ambos realizaron numerosos documentales.


 Por  Krisliandi Ortega

Don Leandro por Lucas Manzano

Jarlenis Caraballo

En 1919, fecha en la que se estrena Don Leandro el inefable, el cine venezolano había recorrido una parte del camino, y aunque en nuestro país no se estaban haciendo las grandes películas y proyecciones que se hacían en Europa, los directores de nuestro país decidieron no dejar pasar la oportunidad de unirse al movimiento tecnológico que fue el cine.
Don Leandro el inefable fue uno de los primeros largometrajes de ficción grabado en nuestro país. El rodaje de la película comenzó en 1918 bajo la dirección de Lucas Manzano y se estrenó en 1919. Esta pieza audiovisual se basa en la historia de Don Leandro, un hombre hacendado que se deja manipular por un grupo de jóvenes de la capital y viaja a Caracas a disfrutar de la vida. Después de un tiempo, Don Leandro no se siente cómodo con los caraqueños y finalmente regresa indignado a su pueblo.
En esta película actuaron Rafael Guinand, Manolo Puértolas, Antonia de Puértolas, Rosario de Carricarte y Manuel Calcaño y su duración fue de 17 minutos.

Este filme fue rodado en blanco y negro con tres rollos de celuloide de 35mm y es la película venezolana más antigua que se pudo archivar. Actualmente se encuentra conservada en Bolívar Films.

Lucas Manzano: de la cárcel al cine y del cine a la cárcel

Aprendiz de zapatero, artillero, capitán, poeta, periodista, inspector de sanidad, fotógrafo, actor y cineasta fueron los oficios y profesiones que ejerció Lucas Manzano Castro a lo largo de su vida. Según Milagros Socorro para un artículo del portal web Prodavinci, este personaje multifacético nació el 18 de octubre de 1884 -aunque él mismo no tenía certeza de su fecha de nacimiento- en Altagracia, Caracas y murió el 1 de mayo de 1996 también en la ciudad capital.

A pesar de las diversas actividades que ejerció, la que más le apasionó fue el periodismo e incluso se rumorea que su ejercicio como periodista fue lo que lo llevó a la cárcel en los castillos de Puerto Cabello en 1909, durante el gobierno de Juan Vicente Gómez. La historia cuenta que a penas salió del presidio, Gómez pidió que lo visitara en Miraflores y allí lo amanazó exigiéndole que se comportara para no tener que encerrarlo de nuevo.
Fotografía cortesía de Prodavinci

Sin embargo, antes de ser encarcelado comenzó su gusto por la fotografía, justo cuando fue contratado como fotoreportero para la publicación El Cojo Ilustrado, lo cual le abriría camino al mundo cinematográfico.

¿Pero cuándo llega realmente al cine? Fue en 1911 cuando decidió aliarse con Enrique Zimmermann para realizar el primer largometraje de ficción hecho en Venezuela. Este llevó por nombre La dama de las cayenas. Lucas Manzano escribió el guion y además protagonizó la historia al interpretar la figura de Armando Duval, convirtiéndose en el galán de cine de la época. En esta producción Manzano compartió la dirección con Zimmermann. Fue estrenada en el Cine Caracas, además contó con la presencia de políticos influyentes y la alta sociedad de la capital, siendo un éxito total.

Eduardo G. Mancera, reconocido empresario y cercano al régimen de Gómez, debido a la experiencia de Manzano como fotógrafo y cineasta (incluyendo cortometrajes) confío en él para brindarle su apoyo financiero en la creación de Caracas Film.

Después de esta primera aventura cinematográfica y contando con Caracas Film, Lucas Manzano y Enrique Zimmermann se animaron a dirigir la comedia Don Leandro, el inefable, la cual filmaron en 1915 y se estrenó en 1919. No obstante, Don Leandro no obtuvo el mismo éxito que La dama de las cayenas, debido a circunstancias políticas, sociales y de producción que la arrastraron al fracaso.

Luego del estreno de esta comedia, a Lucas Manzano le esperaba la prisión nuevamente. Él mismo afirmó que esa segunda vez privado de libertad no existía una acusación contundente contra él, por lo cual creía que era perseguido por el negocio cinematográfico que tenía con Zimmermann y mientras más se entregaba al séptimo arte, más cerca estaba de La Rotunda. 

Lucas Manzano, después de salir de la cárcel no continuó con la industria del cine. En su lugar, se dedicó al periodismo, su primer y único amor. 

Sara Wazzan. 

Las primeras salas de cine y laboratorios en Venezuela


Partiendo que desde 1896 utilizando el aparato Vitascopio de Edison, que fue adquirido por Luis Manuel Méndez, se realiza la primera función de cine en el país, en Maracaibo.

Pero no sería justamente necesaria la formación de un laboratorio o sala de cine comercial en Venezuela aún.

Sería hasta el año 1917 que se fundaría un "cine" pese a las previas proyecciones en años anteriores, este espacio comenzó llamándose "Cine Princesa" para luego ser llamado "Cine Rialto" en 1919 que posteriormente fue cerrado en 1941 y reabierto en 1943 para luego sufrir por el deterioro varios años; se remodeló, amplió y reinauguró como el actual "Teatro Simón Bolívar".

El 19 de diciembre de 1925 se establece en el centro de la ciudad una obra de Alejandro Chataing conocida como el "Cine Ayacucho" (actualmente "Teatro Ayacucho") catalogándose como el segundo cine más antiguo de Caracas y Venezuela.

Finalizando los años 20, en 1927 para ser específicos, la actividad cinematográfica venezolana tiene un alza, esta ocurre cuando el Presidente Juan Vicente Gómez instala los Laboratorios Nacionales del Ministerio de Obras Públicas en la ciudad de Maracay y en Barquisimeto, Amábilis Cordero funda los Estudios Cinematográficos Lara. Gracias a la salida de diversos noticieros y revistas, el cine nacional comienza a verse con regularidad en las pantallas.

El nacimiento de la ficción en Venezuela: el aporte de Zimmerman al cine criollo


Tras la llegada del cine a Venezuela en 1896, y la filmación de diversas piezas documentales, veinte años después (diecisiete años, según algunos autores) nace la primera pieza audiovisual de ficción, o también llamada película argumental, filmada por los pioneros del cine venezolano Enrique Zimmerman y Lucas Manzano.

Existe un debate sobre el año en el que fue estrenada “La dama de las Cayenas”, el primer largometraje de ficción. Ciertas fuentes confirman que fue en el año de 1913. Otros autores sostienen que fue en el año de 1916, justamente tras veinte años del nacimiento formal del cine en Venezuela que fue estrenada.

El aporte al séptimo arte criollo de “La Dama de las Cayenas” es realmente significativo, ya que fue la primera pieza de ficción del cine venezolano. Hasta el momento de su estreno, solo distintos cineastas venezolanos habían experimentado en el mundo del film bajo los parámetros del documentalismo. Al estrenar esta sátira algo candorosa de la obra de Alejandro Dumas (hijo), el cine venezolano dio un pasó a una evolución narrativa que lo haría cambiar de rumbo.

Este largometraje tiene una duración de aproximadamente una hora y representa una parodia en tono satírico de la famosa novela de Alejandro Dumas (hijo), cuyo título original es “La dama de las Camelias”. El guion de esta producción fue escrito por Lucas Manzano y él mismo fue el actor para dar vida al galán protagonista de esta historia, Armando Duval. Mientras que Aurora Dubain fue la actriz que encarnó a la protagonista, Margarita Gautier. En esta producción también se estrenaron como actores otros pioneros del cine conocidos para la época, como lo fueron Edgar Anzola y Jacobo Capriles.

En sus interpretaciones, los actores buscaron ridiculizar el sentimentalismo romántico de la historia, y todo el film tuvo un espíritu de sátira. Enrique Zimmerman también ejerció otras funciones, distintas a la dirección, dentro de la producción del film. Fue como camarógrafo, editor, productor y tomó las riendas de la dirección en conjunto con su compañero Lucas Manzano.

La ficha técnica de este largometraje sería visible de la siguiente manera:

En la dirección: Enrique Zimmerman en conjunto con Lucas Manzano
Guion: Lucas Manzano
Fotografía montaje y producción: Enrique Zimmerman
Intérpretes: Aurora Dubain, Lucas Manzano, Edgar Anzola, Jacobo Capriles, Leoncio Martínez, Job Pim y Federico León
Duración: 60 minutos.

El aporte de este film para la historia del cine venezolano es notable ya que, tras el estreno de “La dama de las Cayenas”, se dio pie para la producción de otros largometrajes de ficción distintivos de la época. Se considera además que “La Dama de las Cayenas” fue una de las primeras proyecciones en la época en alcanzar una hora en su duración, ya que anteriormente las producciones solían durar como máximo 45 minutos. Además de tal aporte, se dice que a partir del año del estreno de “La Dama de Las Cayenas” empezaron a aparecer los primeros laboratorios y las primeras salas de cine del país.

Algunos ejemplos de producciones notables tras el estreno de “La Dama de las Cayenas” fueron, por ejemplo, "Don Leandro, el inefable" otra comedia de Zimmerman y Manzano en dirección conjunta. Años siguientes a la aparición de la ficción en Venezuela, Zimmerman volvería a aparecer con documentales en la pantalla venezolana como “La gira del progreso” en el año de 1917. Los siguientes documentales que dirigiría Zimmerman serían criticados debido a una considerable cantidad de fallas en cuestión técnicas y por una apariencia o estética ya primitiva para la época.

Ocho años luego del estreno de “La Dama de las Cayenas” es que vuelve a aparecer un producto de ficción considerable en las pantallas del cine venezolano. Fue en el año de 1924 cuando va apareciendo el género ficción y marca una influencia dentro del cine, lo que hace que se  comience a tomar otros temas dentro del séptimo arte ajenos a la política. Se produce y estrena la primera adaptación con "La Trepadora" de Rómulo Gallegos, considerado como el segundo largometraje de ficción en Venezuela, ya que antes de su aparición ninguna otra producción habí aportado o marcado tendencia dentro del cine de ficción tal como lo hicieron Zimmerman y Manzano con "La Dama de las Cayenas" en su momento.  

Referencias:

"El cine Venezolano si tienes historia" Ana Cecilia Rojas, Vilma Pedrique y Amarilis Ruíz. Centro Gumilla

Juan Vicente Gómez y el cine

En diciembre de 1895, nace el cine. Tan solo un año después llega a Venezuela, con Luis Manuel Méndez, adquisidor del Vitascopio de Edison. Desde entonces, se dió pie a numerosas producciones con sello nacional. Pero el cine, así como todos los elementos que juegan dentro de la construcción de un país, también se ve afectado por la situación política, económica o social que éste atraviese. Y siendo el cine, un arte aún tan incipiente en Venezuela y el mundo, ¿qué depara para él durante una dictadura tan represiva como la del llamado “Benemérito”?

Juan Vicente Gómez, a pesar de no ser un ilustre de la historia, disfrutaba de las artes y el cine. Muchos lo consideraban un cinéfilo. No dispuso trabas para el avance de la industria cinematográfica nacional. De hecho, brinda el financiamiento, que reimpulsó los avances dados en años anteriores, para la creación de los Laboratorios Nacionales, dependencia del Ministerio de Obras Públicas de la época ubicado en Maracay. 

Gómez, también costeó los estudios de su sobrino Efraín en Estados Unidos. Quien tras 
regresar, cerca de los años 20, y luego de la fundación de los Laboratorios Nacionales, crea su propia empresa para producir sus películas. Este, con La Venus de Nácar (1932), realiza el primer intento de cine sonoro en el país, que luego se logró en 1938 con El Rompimiento de Antonio María Delgado. 

Numerosas piezas son producidas y proyectadas en los grandes teatros, durante el gobierno de Juan Vicente Gómez, tales como La Dama de las Cayenas (1916), Don Leandro El Inefable (1919), y La Trepadora (1924). Nacen los primeros documentales, uno costeado por el mismo presidente, en 1909, Carnaval en Caracas. Se inaugura el Teatro Ayacucho en 1925, la primera gran sala de cine del país; también se crean los Estudios Cinematográficos Lara, en Barquisimeto. El cine americano comienza a desplazar al europeo de las pantallas y se reproduce en Maracaibo El Cuerpo del Delito, producida por Paramount, y de las primeras versiones sonoras en inglés y español.


Referencias:
http://www.eluniversal.com/que-hay/120311/el-pais-hablo-con-su-cine
http://cronologiadelcinevenezolano.blogspot.com/
https://cinevenezolano1.wordpress.com/2013/01/11/un-poco-de-historia-del-cine-venezolano/
https://bicentenariobu.wordpress.com/tag/cine-venezolano/
http://noticias.universia.edu.ve/vida-universitaria/noticia/2005/05/19/179376/historia-cine-venezuela.html

Primeras piezas rodadas en Venezuela: De inicios tempranos a producciones hechas en dictadura

De la misma forma en la que en l historia del séptimo arte se comenzó mostrando en sus imágenes, nada más que la captación de la cotidianidad tal como sucedía, es como se haría en Venezuela cuando este medio de comunicación llego al país, y esto se puede notar en los primero registros cinematográficos proyectados en 1897. No eran más que imágenes de jóvenes tomando un baño en el Lago de Maracaibo y de un conocido doctor realizando una extracción de muela en el Gran Hotel Europa, hechas por Manuel Trujillo Durán.

Y es que no pasaron sino algunos meses luego del estreno en París de las primeras cintas de los hermanos Lumière, para que en Venezuela se estuviesen realizando pequeños filmes, que aún no llegaban aún a ser largometrajes.

No es sino hasta poco después de que iniciara la historia cinematográfica venezolana que empezarían a surgir reportajes cinematográficos, en su mayoría hechos por encargo por Juan Vicente Gómez; sin embargo, no existió una verdadera la periodicidad en los mismos hasta la década de los 30 con la llegada de los noticieros al país.

Unos veinte años después, en la década de 1910, llegaría a la historia de la cinematografía venezolana el primer largometraje de ficción, "La Dama de las Cayenas" de Enrique Zimmerman y Lucas Manzano, inspirados en "La Dama de las Camelias" de A. Dumas; "La Dama de las Cayenas" fue un filme que trataría la historia de una joven prostituta que debía luchar contra todos los prejuicios de la sociedad en la que vivía para poder unirse a su amado, quien le pide abandonar su vida cortesana. 
Es aquí en donde se comenzaría a tratar con ese arquetipo femenino que a lo largo de la historia del cine venezolano se usaría varias veces, la vida de una fémina que lucharía contra todos los prejuicios de la sociedad en la que se encuentra inmersa, para así alcanzar las metas que se plantea. 

En 1918 comienza la filmación de "Don Leandro El Infable" un filme dirigido por Lucas Manzano y creado bajo la pluma de Rafael Otazo. En el mismo trataban el tema de el engaño por parte de un grupo de jóvenes hacia un hombre llamado Don Leandro y de cómo este, luego de dicho engaño decide volver a sus raíces. Fue una cinta con una duración de poco menos de 20 minutos. 

En 1921 nace el primer documental científico llamado "El Tripanosoma" dirigido por Edgar Anzola, Jacobo Carriles y Juan Iturbe. Un par de años más tarde, en 1924 "La Trepadora" sale a las salas de cine. Es Edgar Anzola quien dirige y adapta aquella famosa novela de Rómulo Gallegos al lenguaje cinematográfico que se encontraba en ascenso. Un año después sale "Amor tú eres la vida", de los mismos autores y bajo el sello de Triunfo Films. 

Aunque en estos casi treinta años fueron pocos los filmes que se hicieron en el país, son lo que pasarían a ser los cimientos del séptimo arte en Venezuela. Es en los años veinte, luego de que en el Estado se comprendiera el poder del cine como medio de comunicación y de propagada, cuando surge un instituto encargado de normalizar la producción cinematográfica nacional, no es más que el Laboratorio Cinematográfico de la Nación (1927), perteneciente al Ministerio de Obras Públicas (MOP). Dicho instituto nació bajo la tutela del Presidente Juan Vicente Gómez, y pasaría a tomar las riendas de la cinematografía venezolana. El mismo, tendría vigencia hasta diez años después de su creación. 

Un año después, uno de los primeros cineastas del país, Amábilis Cordero crea Los Estudios Cinematográficos Lara, ubicados en Barquisimeto. Bajo el sello de "Artistas unidos de Barquisimeto" y el ya mencionado estudio, logra filmar su primer mediometraje "Los Milagros de la Divina Pastora". La taquilla obtenida por la ópera prima de Cordero fue lo que le permitió adquirir equipos del exterior y de darle una ubicación física a su empresa. 

"La Cruz de un Ángel" se comenzó a grabar en 1929, poco después de su primera producción, esta contaba con casi el mismo personal técnico y actoral, por lo que los críticos no veían buenos augurios para la cinta; Sin embargo, esto no sucedió de esta forma. Las siguientes películas de Amábilis "En Plena Juventud", "Rosita la del Valle", "Amor de Indio" y "El Milagro de la Coromoto" quedan inconclusas por falta de capital financiero. 

No obstante, esto no significó un fin de aquella actividad que tanta pasión le generaba al cineasta larense, por lo que decidió surcar los pueblos cercanos a su estado junto a su cámara en su caballo de madera, en busca de todos aquellos sucesos dignos de ser registrados. Dando así, aunque sin esperarlo, inicio a los primeros noticieros en la cinematografía nacional. 

A pesar de que el séptimo arte en Venezuela surgiera poco después de su aparición en el mundo, y de que se encontrara en sus inicios inmerso en la situación socio-política bastante álgida, dígase entre caudillos y montoneras; fueron sus autores iniciales, aquellos pioneros, quienes encontraron en este arte un recoveco para la expresión de sus ideas, de mostrar un reflejo moral de las costumbres de la sociedad venezolana de ese momento y de tratar constantemente de renovar y redescubrir nuevas formas de hacer de este arte algo distinto. Así pues, se daría inicio a lo que es hoy en día la cinematografía nacional venezolana.

Primera proyección cinematográfica en Venezuela

El séptimo arte llegó a Venezuela tan pronto como su extensión a nivel mundial. Cuando nació el cine en París en diciembre de 1895, pocos meses después en 1896, llegó a Venezuela el vitascopio, un aparato patentado por Thomas Alva  Edison similar al cinematógrafo de los hermanos Lumière, el cual fue adquirido por el zuliano Luis Manuel Méndez quien lo trajo desde Nueva York hasta Maracaibo.

Fue el 11 de julio de 1896 cuando los zulianos tuvieron el privilegio de disfrutar en el Teatro Baralt de Maracaibo del estreno de aquella innovación tecnológica que recién llegaba a nuestras tierras. El encargado de la proyección de las imágenes fue el periodista marabino Manuel Trujillo Durán, quien manejó el vitascopio durante la función inaugural en la que se presentaron las primeras piezas cinematográficas de corta duración en Venezuela, las cuales ya habían sido exhibidas en Nueva York, como lo fueron: Anabella Serpentine Dance (traducida como La Serpentina), Baile de indios, Taller de herrería, Sorprendente juego de paraguas, y una pieza sobre la doctrina Monroe, entre otras.

Aquel atractivo espectáculo significó el impulso para el desarrollo del cine en nuestro país. Después de admirar las piezas extranjeras que se presentaron, los zulianos decidieron hacer sus propias filmaciones. Fue entonces cuando el 28 de enero de 1897 se proyectaron las primeras películas realizadas en tierras venezolanas, específicamente en la ciudad de Maracaibo, tituladas: “Muchachas bañándose en el Lago de Maracaibo” y “Célebre especialista sacando muelas en el Gran Hotel Europa”; aún se desconoce quién filmó dichas imágenes.

Ambas piezas venezolanas se denominaban cuadros por tener una duración de un minuto (1 min.), estas fueron estrenadas nuevamente en el Teatro Baralt de Maracaibo de la mano de Manuel Trujillo Durán, quien se encargó además de operar el vitascopio durante la exhibición de estas primeras piezas cinematográficas que dieron paso al nacimiento del cine en Venezuela. Esto representó el primer logro en el séptimo arte: la producción cinematográfica criolla.

Es por esta razón por la que cada 28 de enero se celebra en nuestro país el Día del Cine, fecha en la cual se proyectaron las primeras imágenes filmadas en suelo venezolano hace 119 años. 


Johanna Nóbrega