Por Vittorio Dugarte
Para la década de los 70, a pesar de que en Venezuela, durante estos 10 años, se produjeron más de 100 largometrajes, aún nuestro país no poseía cultura de cine animado.
José Castillo, también conocido como Castillito, pionero del cine animado venezolano, rompe con esta premisa con la producción de ¨Conejín¨.
El cortometraje de no más de 4 minutos, comenzó como una promesa que hizo Castillo a un niño, en la que decía que algún día vería dibujos animados venezolanos; y terminó convirtiéndose en ganadora del Festival Internacional de Cine de Filadelfia.
Cuando solo era un joven estudiante de periodismo de la Universidad Central, Castillo soñaba con realizar estas animaciones. Le bastó con creer en sí mismo para poder llevar a cabo su sueño. ¨Si él pudo, yo también¨ dijo luego de ver el trabajo de Norman Mclaren, animador canadiense que trabajó con Walt Disney.
A pesar de abrir las puertas a otras producciones y a tantos otros artistas que se inspiraron por su trabajo, Castillo no ha sido una figura que los venezolanos le otorguen el reconocimiento que merece. Para ojos de muchos, ha obtenido mayor reconocimiento por su trabajo en el exterior que en su propio país.
Como muchos otros opinan, a nuestro cine le falta bastante camino por recorrer. El maestro José Catillo con sus obras, no hizo más que fomentar e incentivar a otros a la producción de cine nacional.
Castillo afirma, que Walt Disney hizo los cuentos infantiles más agradables y atractivos para su público, pero con la ayuda de muchísimos pintores para que colorearan la cinta; trabajo que el creador de Conejín realizó con sus propias manos.
No se necesita de mucho para hacer grandes cosas. José ¨Castillito¨ Castillo es además de la prueba de ello, gran orgullo nacional.
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