El
cine, una onda expansiva que recorrió todo el mundo, llega a Venezuela tarde
pero seguro para influir no solo en la población sino en las obras literarias
que, posteriormente, fueron adaptadas y llevadas a la gran pantalla.
Para
1924 ya el cine venezolano disfrutaba de su década de oro, La dama de las cayenas, el primer largometraje de ficción, se había
estrenado ocho años atrás y la audiencia cinematográfica ansiaba otra producción
que no tardó en llegar.
La trepadora, una obra literaria del
novelista y escritor Rómulo Gallegos, cuenta la historia de amor de una joven pareja,
Hilario Guanipa y Adelaida Salcedo, y su hija Victoria a través de la vida cotidiana
del pueblo llanero. Una novela donde el desengaño, el desdén y la infidelidad
de un marido cansado de la monotonía repercuten en la ruptura de una familia.
Esta
obra adaptada y llevada al cine por Jacobo Capriles y Edgar J. Anzola es un icono del cine venezolano que en su momento, buscó realzar la identidad
nacional mediante el reconocimiento directo: coloquial, dramático y a la vez
jocoso, característico de los venezolanos; convirtiéndose en un emblema
relacional entre la literatura y el cine como un arte.
Por
otra parte, para Anzola y Capriles, pioneros en muchos campos del
entretenimiento, La trepadora marcó
el comienzo de una carrera cinematográfica. Seguida de Amor tú eres la vida, producida bajo el sello de Triunfo Films tras el cual ambos realizaron numerosos documentales.
Por Krisliandi Ortega
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