martes, 19 de abril de 2016

La llegada del sonido a Venezuela


El sonido en el cine consiste en las voces, ruidos y música que por medio de una banda sonora se sincronizan con la imagen. Lee De Forest, estadounidense, es el verdadero creador del cine sonoro en 1922. El primer éxito fue el largometraje “El Cantante de Jazz” de Alan Crosland en 1927, parcialmente rodada con sonido y diálogos sincronizados, que utilizó el sistema sonoro "Vitaphone" (grabación de sonido sobre un disco).

La década de los treinta es la época de la solidez y auge del cine venezolano en donde Efraín Gómez, sobrino del general Juan Vicente Gómez, realiza la película de ficción musicalizada “La Venus de Nácar”, filmada en Boca de Río, Maracay. Siendo la primera película que experimenta el sonido en el país.


Pero hablando propiamente del sonido sería para 1938 que con el estreno del cortometraje “Taboga” se implementa el sonido sincrónico y por consiguiente se sustenta el verdadero cine sonoro de Venezuela. Es un cortometraje con diálogos y musicalización de Rafael Rivero. Recordada porque allí participó la orquesta famosa del momento, la Billo's Happy Boy.


El largometraje “El Rompimiento” también marcó este auge y fue filmada el mismo año bajo la dirección de Antonio María Delgado Gómez. Grabada en Venezuela pero montada en Estados Unidos, exhibida en Broadway. Contó con un sonido óptico, es decir, con el audio impreso sobre la misma película. 


A partir de allí, personajes como Rómulo Gallegos crea los Estudios Ávila en Caracas y Guillermo Villegas Blanco constituye formalmente la empresa Bolívar Films, creadores que van desarrollándose continuamente en sus producciones audiovisuales en un esquema industrial y de reconocimiento artístico.


Por Natera, Layerlyn.

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