Elia K. Schneider es una escritora, directora y productora de cine y
teatro venezolana.
“Su película Huelepega (1999), basada en los
niños de la calle sumergidos en la drogadicción y que fue censurada durante el
periodo del segundo gobierno de Rafael Caldera, ganó 15
premios nacionales e internacionales, estuvo pre-nominada al Óscar por
Venezuela y fue el éxito de taquilla más importante de ese año. Su
película Punto y raya (2004), basada en la historia de
un soldado colombiano y otro venezolano en la frontera común, también fue
pre-nominada al Óscar por Venezuela y se adjudicó 24
premios internacionales, entre los que se encuentran La Habana, Huelva,
Gramado, Biarritz, Bogotá, Santa Bárbara, Santo Domingo, San Francisco y el
Festival Latino de Los Ángeles. Es también la primera película venezolana que
participa en la competición de los Globos de Oro 2004. Des-autorizados (2010)
fue nominada a los Premios Golden Globes en el
XIII Festival Internacional de Cine de Shanghái (categoría «A») y fue
seleccionada a la competencia oficial del Festival de La Habana (2010).
Schneider produjo 7 largometrajes: Agonía, Sicario, Garimpeiros, El
Don, Un lugar lejano, Esclavo de Dios y Solo.
Sicario,
dirigida por José Ramón Novoa, obtuvo 27 premios
internacionales, entre los que se encuentran mejor dirección y mejor actriz de
reparto en el Festival Internacional de Tokio (categoría «A»), así como la
pre-nominación a los premios Óscar por Venezuela y la
nominación a los premios Goya.”
Centrándome en la película Huelepega:
Elia muestra
de una manera muy cruda una triste realidad, la vida de niños de la calle en
Caracas. Para algunos será demasiado fuerte ver esta película como la trata Schneider,
pero la vida es así para muchos, demasiado fuerte y cruda.
En la película podemos seguir la historia de Oliver, un niño
que con tan solo 11 años de edad fue echado de su casa por un hombre que se
relacionaba amorosamente con su madre, Oliver entonces, como
muchos niños que viven estas situaciones al día a día de nuestra Venezuela y el
mundo, se convierte en un niño de la calle.
La vida en la calle es una vida cruda, en sus calles más oscuras y
sucias hay drogas, narcotráfico, armas, asesinatos, prostitución, calles que se
tornan un infierno para los que les toca vivir buscándolo o no en estas.
A partir de este momento, Oliver jamás podrá volver a
ser el mismo niño inocente que en algún momento fue, jamás podrá olvidar y
desaparecer todas esas malas vivencias, ese mundo que existe y que muchos no
ven.
Oliver y
todos los niños de calle no podrán limpiarse de su piel el sucio de esas calles
que los marcaron.