Se entiende por
vanguardia como la avanzada de un movimiento artístico,
político o ideológico novedoso que escapa de las
tendencias dominantes, y que podría sentar las bases para su desarrollo en el
futuro.
La vanguardia
supone una renovación de
formas y contenidos. En el caso del arte, por ejemplo, intenta reinventar sus
bases y se enfrenta a los movimientos existentes. Lo mismo pasa con el cine,
van ocurriendo distintos movimientos que buscan romper con la estructura
establecida para imponer nuevas reglas, ideas, y propuestas.
El único movimiento
significativo de vanguardia que ha tenido el cine venezolano fue el de los
realizadores que filmaron en Super 8, en las décadas de los años setenta y
ochenta.
El Super 8 es un
formato cinematográfico que lanzó al mercado Eastman Kodak en 1965 con el fin
de hacer cine fácil. Estaba destinado al cine amateur y doméstico, pero también
fue adoptado por cineastas y artistas que encontraron en él una alternativa
simple, rápida y económica para filmar.
El cine Super 8
buscó diferenciarse de esos filmes nacionales, realizados con un lenguaje
sencillo, apto para televidentes. Surgió en una Venezuela prospera por la
riqueza petrolera y la democracia, fue tolerada la exhibición de películas
comerciales que tocaban temas controversiales desde una perspectiva
predominantemente de izquierda. El Estado incluso comenzó a dar créditos a
partir de 1975 para que se hiciera ese tipo de cine. Todo esto contribuyó a que
floreciera el cine amateur en el país.
El Super 8 continuó
con la línea de muchos grupos de vanguardia de la literatura y la plástica de
los años sesenta. Hubo también vínculos personales de algunos superocheros
venezolanos con cineastas y artistas de vanguardia del extranjero. Por ejemplo,
Rolando Peña participó en una película de Andy Warhol e hizo cine con el
puertorriqueño José Rodríguez Soltero en Nueva York.
Una de las
temáticas que destacaron en el cine del Super 8 en Venezuela fue la crítica a
la sociedad de consumo y la indagación a la identidad nacional. Esto se vio
reflejado es el largometraje Hecho en Venezuela (1977) de Carlos
Castillo, aquí el país es representado por una mujer con los ojos vendados,
cegada por el consumo excesivo.
La figura más
destacada de este movimiento fue Diego Rísquez su primer largometraje rodado en ese
formato, Bolívar, sinfonía tropikal, fue presentado en la Quincena
de los Realizadores de Cannes en 1981. En 1984 volvió a esa sección del
festival con Orinoko, nuevo mundo, filmada también en Super 8.
Otro cineasta
venezolano perteneciente a este movimiento que llegó a la Quincena fue Carlos Castillo, con los cortos TVO y Uno
para todos, todos para todos, en 1981, y Sopa de pollo de mamá, en
1982. John Moore presentó Faces, también
en formato Super 8 en la sección paralela de Cannes en 1982.
El cine mundial en
Super 8 llegó a Caracas. Se presentaron
proyectos de todas partes en el Festival Internacional del Nuevo Cine Super 8,
llamado Festival Internacional de Cine de Vanguardia en sus dos primeras
ediciones, en 1976 y 1977. Este formó parte de un circuito que incluía también
festivales en Montreal, Ottawa, Barcelona, Bruselas y Teherán.
Referencias:
·
Super 8, la vanguardia venezolana.
http://encine.escuelanacionaldecine.com.ve/?p=2095
·
Super 8. https://es.wikipedia.org/wiki/Super-8
·
Definición de Vanguardia. http://definicion.de/vanguardia/
Por: Carmela Penfold
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