Esta película, dirigida por Román Chalbaud y con el
guion de José Ignacio Grabrujas es
considerada como una de las mejores películas de la época.
La misma gira entorno a un burdel que recibe el
mismo nombre de “El Pez que Fuma” donde se muestran las realidades de la
sociedad y la relación entre el poder,
el oportunismo el dinero y la lucha, que se vuelven temas centrales. La dueña
del burdel, la Garza, le confía las riendas de sus negocios a sus amantes y el
que lo rige para el momento es Dimas, luego, como desenlace de la película,
aparece un personaje llamado Jairo (quien representa el oportunismos) que
pretende tomar las riendas del negocio y volverse amante de la Garza para dejar
a un lado a Dimas.
Chalbaud es
un director que se ha visto influenciado por el neorrealismo italiano y El pez
que Fuma tiene toques de dicha influencia. Aunque no puede decirse que se
aferra completamente a dicho movimiento, esta película rescata algunas
características del mismo. Chalbaud contaba la realidad social que se vivía en
el país y aunque era común para la época mostrar los barrios, los desnudos, las
prostitutas y la delincuencia, él
intentó darle un giro tal vez distintito.
La miseria humana, la denuncia hacia la evolución y
situación social, el bajo mundo venezolano y demás son factores sociales son
los que llenan la tramada de la
película. Desde un comienzo hay una escena donde se ve a una madre pegándole a su hijo y en ese momento la
Garza grita para detenerlos; una situación de la realidad que aunque está fue
de contexto en la escena, se hizo para vislumbrar las situaciones reales de
esos ambientes, cosa que quería lograr Chalbaud.
Y es que estas escenas fuera de contexto se
repiten, y por más que la película se dé casi en su totalidad en el burdel, hay
ciertas escenas que se escapan del mismo como cuando se muestra a una señora
alimentado a unos perros callejeros, esto a propósito para mostrar a la
sociedad como era.
Las largas tomas de un mismo momento para mostrar las
emociones de los personajes, la anulación de la cámara que estaba en función de
lo que se quería transmitir, la demostración real del entorno de los personajes
y las vivencias de lo que los rodea son alguna de las cosas que se rescatan el
ya mencionado neorrealismo.
En cuanto a temas estéticos, más allá de la
trama, esas tomas muy largas de una misma emoción ya para ese momento en el que
se centraba el cine eran aburridos, ya que se podía resolver de otra manera con
el uso del sonido.
La película tiene unos cortes y transiciones muy
abruptas. Aunque contaban con un presupuesto decente y uso de iluminación,
estos, según esta crítica, no fueron bien usados. Aunque Chalbaud era el
director más experimentado de la época, se puede hablar de otros directores en
años pasados y en algunos otros lugares del mundo que pudieron lograr mejores
resultados con menos recursos que lo que logró Chalbaud con El Pez Que Fuma, y
si otros lo lograron, por qué esta película no pudo superarlos?
En fin, Chalbaud se enfocó más en innovar algunas cosas en
producción que en posproducción
-Michelle Correia
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